En Hogwarts los años han pasado, y es hora que una nueva generación dejé su huella en las paredes de la mágica escuela. ¡Ven y sé parte de la Tércera Generación! |
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| Deberes en la tarde | |
| | Autor | Mensaje |
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Alice Sandler Alumno de Gryffindor.
Cantidad de envíos : 28 Fecha de inscripción : 25/07/2009
| Tema: Deberes en la tarde Lun Jul 27, 2009 2:43 am | |
| El sol ya comenzaba a esconderse ese día, pero Alice no estaba muy pendiente de aquello. Comenzar su sexto año era algo verdaderamente aterrador, sobre todo por el hecho de que ahora se estaba exigiendo el doble: a duras penas había podido entrar a herbología, esa materia que no le agradaba pero que debía cursar. El profesor Longbotton era bastante amable y un buen profesor, pero aún así encontraba insufrible esa materia. Pero no se iba a echar a morir por eso, no ahora. Por eso estaba estudiando mucho más de lo común, parecía obsesa con todo los libros amontonados a un lado, mientras ella escribía sin parar acerca de plantas con funciones medicinales de América. Era un tema aburrido, pero no por eso lo dejaba de hacer.
Sin darse cuenta, el sol se ocultó completamente y la biblioteca se inundó de la luz de las velas que todo iluminaban perfectamente. Era bastante acogedor, después de todo, así que no pareció importarle mucho a la chica. Siguió con su nariz pegada al pergamino, debido a la mala vista que tenía de cerca. No se había puesto los lentes de contacto, así que ahora parecía tonta pensando en cada paso que daba.
Cuando terminó (pasado las nueve) recién se dio cuenta de lo tarde que era. Aún le faltaba un deber que terminar, pero por lo menos ese lo podía hacer en la sala común. Suspiró y se desperezó antes de iniciar nuevamente su camino. Comenzó a guardar los libros que había necesitado para sus tareas, pero ahora iniciaba su búsqueda de los de DCAO. Era algo verdaderamente estresante y no entendía como lo haría todo lo que quedaba de año, pero nada más tenía que soportar, su objetivo valía la pena.
Cuando al fin encontró lo que necesitaba, se dio cuenta molesta de que estaba bastante arriba, pero no era mucho problema después de todo, con un simple “Accio” logró tener el libro en sus manos, dándose cuenta tarde que no era el que buscaba. Lo dejó a un lado y en vez de seguir a tientas buscó una escalera y nuevamente empezó, pero esta vez sin temor a equivocarse, aunque sí a caerse. Eso le pasaba por no tener a nadie que le sujetara, ya que se tambaleaba una y otra vez de forma peligrosa.
Un ruido la desconcertó. ¿Quién seria? A estas horas se suponía debían estar yéndose todos los estudiantes a su sala común, por lo que seguramente creyó que era la bibliotecaria. No le tomó mayor importancia, pero seguía un tanto apurada, esperando encontrar pronto lo que necesitaba e irse a sentar a la chimenea de la sala común y poder seguir con sus deberes. Pero el ruido volvió, se giró violentamente para ver que se trataba, pero solo ganó un fuerte dolor en el cuello.
-¡Maldición! –Medio gritó, aunque inmediatamente se avergonzó de aquello. Estaba en una biblioteca, por Merlín. Intentó ser una niña grande y no asustarse por simples ruidos, quizás fuera el fantasma que vivía por estos lados, o simplemente un alumno bromista que conocía la fama de Alice de vivir en su mundo y deseaba molestarla.
Privado(: | |
| | | James S. Potter Alumno de Gryffindor.
Cantidad de envíos : 34 Fecha de inscripción : 22/07/2009 Edad : 33
| Tema: Re: Deberes en la tarde Miér Jul 29, 2009 6:32 pm | |
| Cuando la mayoría de los estudiantes iban para sus salas comunes, él salía de ellas para los pasillos. Claramente no era que fuera insociable sino que a James le encantaba ir contra la corriente, y aquel día en especial estaba dispuesto a ello. Aunque debía admitirlo, el motivo principal era porque necesitaba un libro de la biblioteca para Pociones y se suponía que para el día siguiente debía, necesariamente, tener aquella tarea lista o sino se ganaría una buena reprimida. Y no buscaba aquello, al menos aún no porque estaba dentro de su naturaleza ganarse reprimidas al cabo del año. Los profesores sabían que era un alumno brillante que si quería podía, de hecho lo había demostrado con sus TIMOs en su quinto año, cuando para sorpresa de muchos había logrado Extraordinario en cada uno de ellos sólo porque había hecho una apuesta con unos de sus amigos.
Ahora bajaba las escaleras con pasos largos pero tranquilos hacia el cuarto piso, en donde tomaría el pasillo y se dirigiría hacia la Biblioteca. Estaba bastante afable aquel día, se notaba en su expresión y en el hecho de que cantaba por lo bajo una canción que no tenía la menor idea donde había escuchado ni mucho menos de quien era. O al menos cantó hasta que se dio cuenta de que ahí terminaba porque no sabía como demonios continuaba. Chasqueó la lengua, quitándole interés e ingresó a la Biblioteca, finalmente. No había casi gente, de hecho no había nadie más que la Bibliotecaria quien en aquellos momentos lo miró con cara de pocas pulgas mientras lo cruzaba en la salida diciendo ‘No más de diez minutos, Potter’como si él fuera incapaz de hacer algo malo. No es que se le hubiera olvidado que había provocado, sin querer queriendo hacer que varias estanterías cayeran unas sobre las otras al desarrollar una pelea con un Slytherin de su curso. Pero esos tiempos rebeldes ya habían pasado, no entendía porque la mujer era tan rencorosa, si él había sido –junto con su compañero- los que habían terminado de arreglar toda la Biblioteca de nuevo.
Sin querer se tropezó con un pequeño banco que no existía antes, o ¿Quizás nunca lo había visto?, y maldijo por lo bajo escuchando ahora una maldición que claramente no era suya. James elevó las cejas y se encaminó hacia el lugar para poder observar entonces de que se trataba de Alice Sandler, una compañera de casa, menor que él. -¿Qué haces?- Preguntó mirándola. -¿Estás segura de que es seguro que andes ahí arriba? Podrías lastimarte. Deberías dejar a los grandes- Bromeó, aunque en cierta forma lo decía para molestarla. Que ella se veía adorable cuando era molestada. James lo sabía porque ella era amiga de Dominique, su prima, y Nicole. | |
| | | Alice Sandler Alumno de Gryffindor.
Cantidad de envíos : 28 Fecha de inscripción : 25/07/2009
| Tema: Re: Deberes en la tarde Jue Jul 30, 2009 2:38 am | |
| Nuevamente el ruido se repitió, pero Alice no lo tomó en cuenta esta vez. Hasta que una sombra apareció por sus pies y la chica se asustó sobremanera, casi perdiendo el equilibrio. Cuando pudo recuperarlo observó molesta hacia abajo, dispuesta a echarle a quien fuera una que otra grosería muggle, pero al ver de quien se trataba, no pudo más que reprimir una risa. James Potter. El famoso primo de Dominique. Entre Nicole y ella existía un secreto obvio, en el que ambas afirmaban que su veela amiga sentía algo más que amor familiar por el famoso chico Potter. Claro, nunca lo comentaban en frente de la chica, para no incomodarla, pero más de alguna vez habían sido comidas por la curiosidad al verlas a ambos. Aún así Alice no podía evitar sentirse ligeramente incómoda ante la presencia de James… no sabía a que se debía precisamente.
-¡Potter! Digo James… -Saludó torpemente, escuchando sus palabras. Rodó los ojos ante su broma y negó con la cabeza, tirándole un libro que había encontrado y que no le servía, en modo de venganza ante la broma sobre su estatura. No era alta, para nada, parecía la hermana menor de sus amigas cada vez que las veían junta. –Ja, ja, ja. Muy gracioso. No todos tenemos la suerte de ser una jirafa como tú.
Contestó encogiéndose de hombros y dedicándole una sonrisa amable, después de todo ese trato era el común entre ellos, pero nunca había sido con mala intención. Eran conocidos amigables, después de todo, y cuantas veces Alice pasaba los veranos con Dominique y James llegaba de improviso, ósea, lo conocía más que el común de sus admiradoras.
-Ayúdame. –Pidió al notar como la escalera se tambaleaba de un lado a otro peligrosamente. Con un gesto le indicó al chico que la afirmara mientras seguía con su búsqueda infructífera. ¿Cómo no encontraba información? ¡Era la biblioteca después de todo. Observó arrugando el entrecejo la última fila de libros, que estaba más arriba que todas. Al ver que ahí estaba el libro se estiró lo más posible para alcanzarlo y lo logró, aunque casi cayéndose sobre James en el camino. –Ok… ahora me dio miedo a las alturas. –Comentó intranquila, mientras se apoyaba en la escalera.
Comenzó a bajar lentamente, temiendo dar un paso en falso y su brillante carrera como sanadora quedara en nada al ver que… moría. Al llegar por fin al piso y pararse a un lado de James le sonrió nuevamente y le pegó con su libro en la cabeza, aunque nuevamente estirándose demasiado. -¿Quieres que te ayude en lo que sea que estés buscando? Hoy me siento generosa con los primos lindos de mis amigas. –Comentó mientras se giraba a dejar la escalera donde la había encontrado, a unos cuantos pasos de la estantería contraria.
-Debo creer que no buscas pornografía, espero, porque ahí sí que no te podría echar una mano. Ya sabes, cosas de principios. –Dijo encogiéndose de hombros y frunciendo sus labios. | |
| | | James S. Potter Alumno de Gryffindor.
Cantidad de envíos : 34 Fecha de inscripción : 22/07/2009 Edad : 33
| Tema: Re: Deberes en la tarde Lun Ago 03, 2009 4:38 am | |
| James sonrió de lado divertido mientras esquivaba el libro que Alice le lanzaba en venganza y posteriormente se agachaba un poco para recogerlo del suelo, y colocarlo.. por ahí. –Podrían fácilmente culparte por agresión, Alice.- comentó con un dejo entretenido en sus palabras y elevó su vista para ver que demonios hacía. En el proceso llegó a la conclusión de que Sandler había crecido aquel último año, realmente bastante. Se llevó una mano a la cabeza y se la pasó por su cabello para dejarse de pensar esas cosas, tenía una maldita costumbre pero por suerte era imposible que la gryffindor hubiera notado cualquier clase de miradita de James por el simple hecho de que le daba la espalda y él no había sido descarado, simplemente lo había notado. Chasqueó la lengua al escucharla decirle jirafa y alzó los hombros, él tampoco tenía la culpa de ser una jirafa como ella decía.
Frunció un poco su ceño un poco preocupado de que la chica estuviera tan alto allá arriba y en el momento en el cual ella pidió su ayuda, James se acercó rápidamente y tomó la escalera entre sus manos. –Qué demonios buscas. Personalmente no conseguirás más que suicidio ahí arriba, debería dejarme a mi.- Añadió aún con el ceño fruncido mientras la observaba. Pero parecía que Alice finalmente había encontrado el libro que buscaba, el más alto, ¿acaso ella no podía ser más peligrosa para su propia vida?. Definitivamente no necesitaba de nadie que lo hiciera por ella. En el momento en el cual ella comenzó a bajar, el Gryffindor se aventuró y la tomó por la cintura los últimos tramos después de su comentario respecto a que le temía a las alturas y la colocó en el suelo. Sana y salva, ahí se veía mejor, sin ningún hueso roto. Que James era muy malo para actuar en emergencias y Alice le ponía fácilmente los pelos de punta con las que cosas que se le ocurría hacer.
Dio un paso hacia atrás y metió una de sus manos en su bolsillo. Negó al ella golpearlo con el libro y sonrió de lado. Completamente dispuesto a preguntarle donde estaba el libro que buscaba se dio cuenta de que acababa de olvidarse de que era lo que necesitaba. –Algo cierto, yo soy lindo.- dijo el joven mientras pensaba que era lo que hacía allí. ¡Que era lo que tenía en la cabeza! Bueno, mejor no pensar en aquello tampoco. –Demonios, acabo de olvidar que era lo que buscaba. ¿Ves lo que haces, Alice? Acabas de hacerme olvidar las cosas por prácticamente exponerte a una muerte segura..- dramatizó llevándose las dos manos a la cabeza y cerrando los ojos por un segundo para luego abrirlos, y dar unos pasos a su alrededor. Comenzó por las bases. ¿Qué estaba haciendo en sala antes de pensar en el libro?, simplemente hablaba con sus compañeros frente a la estufa. Bien. –Maravilloso- bufó.
Entonces sus próximas palabras lo distrajeron levemente de sus pensamientos y soltó una risa divertida. –Por supuesto, porque vendría a buscarlo en la biblioteca, lo máximo que puedo encontrar es un libro de Anatomía.- Bromeó y entonces recordó lo que buscaba. -¡Pociones! Ahí está.. Veamos..- miró a su alrededor para buscar la estantería de Pociones. –Tengo que hacer una tarea... pero no lo digas en voz alta.- James se dirigió a la estantería correcta. –Madame Pince acaba de amenazarme con que no puedo quedarme mucho tiempo, ¡me odia!, pero lo cierto es que muy dentro de su corazón aburrido sabe que yo alegro su día...- | |
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