Clases, clases y clases; Eso era lo que hacía la mayor parte del día, porque a pesar que no fuera una gran fanática de estar todo el día en ellos, si que cumplía con los horarios. Bueno, a no ser de vez en cuando que llegaba atrasada junto a Hugo por estar recorriendo algún pasadizo, o perseguir -lo que conllevaba a ser perseguidos también- por Peeves, el poltergeist que habitaba en el castillo, aunque ese año mi enemiga número uno era la Señora Norris, la gata del Sr. Filch. ¡Por las barbas de Merlín!, ¡Estaba más viva que la leyenda de mis tíos George y Fred cuando se rebelaron contra la secretaria del ministro y huyeron de Hogwarts!.
Luego de un día de doble casi de Cuidados de los Seres Mágicos -con la amable profesora, una de Defensa contra las Artes Oscuras -a manos de mi querido Teddy- y finalmente otra doble clase, esta vez de Pociones. Menos mal que me gustaba la asignatura, porque de no ser así, seguramente ya no hubiese querido ir más a clases, puesto que la profesora era algo...extraña, y me incomodaba bastante. Lo bueno, era que yo nunca faltaba a alguna regla en su clase y lo hacía todo bastante bien, si mi modestia me lo permitía aceptar. ¡Viva Rose y sus consejos en Pociones!.
Luego de una rica y revitalizante comida, con las chicas decidimos ir a nuestros dormitorios y allí conversar "cosas de chicas", aunque la verdad a mi mucho no me interesaba oírlas hablar de lo bueno que estaba Ethienne Enry de Ravenclaw, o Scorpius Malfoy, así que antes que llegaran a "Albus Potter y James Potter", mejor decidí escabullirme de esa conversación innecesaria para mi, menos ahora que el tema se centraría en mis hermanos y nuevamente, una que otra me miraría con ojos esperanzados de que les consiguiera un paseo por los terrenos del colegio.
Cerré la puerta aliviada de salir de allí y no ser vista, y comencé mi camino hacia la sala común. Quizás sería un buen panorama escribirle a mis padres y contarles como iba, además siempre era buen panorama sentarse en una de las cómodas butacas. A medida que daba pasos, algo saltarines debía decir, una voz masculina llamó mi atención. Bajé las escaleras y me quedé en a los pies de ella observando al origen de aquel muggle canto, porque sí, era un grupo muggle si mal no recordaba. ¿Quien iba a pensar que Evan Carter cantaba a todo pulmón cuando estaba solo?. Bueno, yo ya no lo tenía que pensar porque ya lo había visto, y cuando se dio cuenta de que estaba allí, le dediqué una amplia sonrisa.
-¡Hola Evan!.- lo saludé alegre acercándome hasta una de las butacas cercanas a él. Siempre me había parecido muy agradable a pesar de que James mucha confianza no le tuviera. Pero es que James no le tenía confianza a nadie más que a él...¿o si?. Solté una leve risa cuando me explicó lo que hacía, y me encogí de hombros con diversión -Yo pensé que estabas practicando para el coro, aunque no sabía que ahora usaban canciones muggle.- bromeé alegremente mientras me sentaba cómodamente.
Me quedé mirándolo unos momentos, pues parecía que no decía nada, o estaba algo ido...¿tenía algún problema?. Por suerte, movió la quaffle de un lado a otro, cosa que me hizo ver que por lo menos, tenía reflejos -¿Si?.- me apresuré a preguntar cuando parecía que volvería a hablarme, y cuando me sonrió, también lo hice con amabilidad. Negué con la cabeza suavemente al escucharlo preguntar si buscaba a James. -No, no. Sólo escapaba del cotilleo semanal de chicas que hay en mi dormitorio...no es lindo escuchar a tus compañeras hablando de tus dos hermanos como si fueran un pedazo de carne.- aseguré con el celo ligeramente fruncido.
Solté un suspiro, pues eso estaba segura, no cambiaría hasta que mis hermanos abandonaran el colegio, así que mejor, lo evitaba por ahora. Del bolsillo de mi túnica, saqué una cajita con grajeas de sabores a frutas, puesto que las de todos los sabores, prefería comerlas con Hugo y reírnos solos a carcajadas. Él era mi partner. Estiré la bolsita hacia Evan para ofrecerle uno -Son buenos para la garganta.- le dije aunque sabía que eso no era cierto. Simplemente, había sido una frase para bromear.